Hay días difíciles en los que sabes que no puedes hacer algo que estás deseando, y hoy es uno de ellos. Una de las carreras que más me gusta se celebraba esta mañana, a la puerta de casa como quien dice...
La media maratón de Ávila es una de las carreras que más me llama del calendario anual, pero a veces el cuerpo y la mente necesitan parar.
No está siendo un año fácil a la hora de correr, muy malas sensaciones, malos ritmos y sobre todo, poco y mal entrenamiento. Aunque me he propuesto diferentes retos no consigo que las cosas salgan y por ello hoy tocó quedarse en casa con el dorsal.
Aunque no me he podido resistir a ir a ver a los corredores a la meta y en otros puntos, la sensación era la de que me hubiera gustado estar allí corriendo con ellos.
Hoy también se que es la opción más coherente, hubiera sido una locura salir a hacer una media maratón sin tener condiciones para ello.
A veces, basta con escuchar al cuerpo cuando nos lo pide, algo que no hacía y que en los últimos meses me ha tocado hacer más por obligación que por ganas.
¿Sabéis? cuerpo sólo tenemos uno y hay que cuidarlo para que esté con nosotros toda la vida lo mejor posible. No os obsesionéis con una marca o una distancia, lo más importante es disfrutar de correr.
En ocasiones somos tan exigentes con nosotros mismos que nos obsesionamos con los objetivos tanto que sólo tenemos eso en mente.
Ahora toca volver, luchar por volver a disfrutar corriendo, la forma y las marcas llegarán cuando tengan que llegar... 
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